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Actitud de emprendedor: No te quedes a mitad de cancha

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Elegir el camino del emprendimiento no es sencillo. En el marco del Demo Day, Mariano Delpech, uno de los founders de GoodMeal, nos da una lección del camino y actitud del emprendedor. Si eres emprendedor o tienes planes de sumergirte en este mundo, continua leyendo.
Por: Mariano Delpech | Co-Founder de GoodMeal y Blik
06 · 07 · 2022
7 min

 

El mes pasado, Rafael Nadal ganó su 14º torneo de Roland Garros, con 36 años. Con ello, logró convertirse en el jugador más veterano en ganar dicho torneo y seguir consolidándose como el tenista con mayor número de Grand Slam de la historia. Rafa Nadal es mundialmente conocido no solo por su talento, si no por ser considerado un verdadero emblema de esfuerzo y garra, ya que, pese a los años y las lesiones a cuesta, nunca se rinde y no para de ganar.

 

Una de las primeras lecciones que recibí cuando empecé a jugar tenis, fue sobre cómo pararme en la cancha. Me dijeron “no te quedes parado en la mitad. Párate adelante pegado a la red para el juego corto, o atrás del todo, para el juego largo. Pero si te quedas al medio, estás frito”.  Este consejo me quedó grabado y probaría ser muy útil en el futuro.

 

Durante mis primeros años de emprendimiento, me frustraba ver que los resultados que obtenía no eran los que yo tenía planeados, pese al esfuerzo que le ponía. Así que empecé a cuestionar mi modelo de negocios y a ponerme creativo. Fui agregando nuevas líneas de productos, nuevos segmentos de clientes y probando distintas cosas, con la esperanza que al hacer esto, estuviese maximizando mis chances de que alguna tuviese la potencia necesaria para lograr esos grandes resultados que buscaba. Conforme pasaba el tiempo, me empecé a dar cuenta que además de agregar nuevas fuentes de ingreso, también había agregado nuevos procesos, bastante diferentes a los que tenía antes y con ello, necesitando nuevas personas en el equipo, con distintas habilidades.

 

Sin darme cuenta, como consecuencia de mi proceso creativo, terminé con dos modelos de negocios distintos, dentro de una misma empresa. Sin darle más vueltas seguí para adelante, ahora consiguiendo avances, pero a costa de un esfuerzo mucho mayor. A medida que los nuevos resultados llegaban, pero sin ser éstos todavía los que quería, comencé a cuestionarme qué estaba haciendo mal nuevamente.

Es inevitable estar en la mitad de la cancha en algún momento. De hecho, es condición necesaria.

La primera red flag apareció en un llamado con otro amigo emprendedor y potencial inversionista. Después de explicarle en gran detalle mi complejo modelo de negocios por más de 20 minutos, mi amigo seguía haciéndome preguntas sin entenderlo. Pese a que le dije todas las racionalizaciones con las que yo me tenía autoconvencido que mi modelo era un golazo, me terminó diciendo que seguía sin entenderlo y que le parecía muy complicado

 

La segunda red flag llegó el día que me puse a analizar a mi competencia. Para mi sorpresa, encontré un hilo común que no solo se repetía en mi competencia directa, sino también en otros jugadores de la industria. Me di cuenta que para cada modelo de negocios que componía mi gran modelo, habían varias empresas mucho más exitosas que la mía, cuyo único modelo era uno de los dos que yo pretendía hacer.

 

Así fue como el gran consejo tenístico volvió con furia del pasado en forma de mi tercera red flag y me di cuenta que estaba haciendo negocios, “parado en la mitad de la cancha” ya que estaba con dos negocios a medias.

 

Sin saber cómo salir del problema, decidí seguir el consejo mismo: elegir uno de los dos modelos de negocios y descartar el otro. Evalué cuál de ellos ofrecía un mayor potencial económico, cuál tenía la mayor propuesta de valor de cara al cliente final y, parte más clave, en cuál de los dos yo tenía más ventajas y habilidades para destacar.

 

Finalmente tomé una decisión, puse todo el foco en ella y logré salir de aquel impasse, pero cabe destacar algo. El modelo de negocios con el que me quedé fue el más nuevo, y no el original. Esto me enseñó una última cosa respecto del gran consejo tenístico.

 

El consejo en sí mismo es una paradoja. Es inevitable estar en la mitad de la cancha en algún momento. De hecho, es condición necesaria. La única forma de pasar del fondo de la cancha a la red o viceversa, es pasando por la mitad de la cancha. De esta forma, es igualmente natural o necesario, para un emprendedor cuestionarse su modelo, buscar y probar nuevas opciones en paralelo, para así evaluar, elegir la mejor opción y repetir el proceso, para así seguir jugando con mucho esfuerzo y garra, sin rendirse nunca. Como Rafa Nadal.