Hoy en día, si andas por el Cowork de Start-Up Chile, donde trabajan nuestros emprendedores, es imposible que no te llame la atención el puesto de trabajo del equipo FixUp rodeado de merch colorido. Jesús Alewaerts, CEO y Co-fundador de FixUp, Leonardo Bandin, COO y Co-fundador, y su equipo, ya son toda una institución en la sala de trabajo principal. Parece una gran sorpresa que solo llegaran a Chile hace solo unos meses, para participar en nuestro programa Growth (generación 5).
Hablé con Jesús sobre la mudanza de Argentina a Chile, tanto en términos del cambio de mercado como de las diferencias culturales entre los países. Si bien FixUp es su primera incursión en el mundo de startups, Jesús me cuenta que no es ningún novato en la industria tecnológica.
Su familia en Argentina tiene “desde siempre” un negocio de reparación de dispositivos tecnológicos tradicional, que trabaja en todo el país para diferentes marcas. Según Jesús, llegó al modelo de su startup “buscando una manera de reconvertir el negocio que llevaba mi padre en algo más grande, distinto o más moderno […] y bueno ahí es donde surgió la idea de FixUp”.
FixUp es una plataforma web que permite a los clientes cotizar la reparación de cualquier dispositivo tecnológico y posteriormente solicitar un turno o solicitar un retiro a domicilio.
Le pregunto a Jesús sobre su niñez… Quiero saber cómo era trabajar desde niño en la empresa familiar y crecer en este entorno. Damos un salto a los 2000, década de jeans de talle bajo, celulares con tapa y la crisis financiera mundial más grave desde la Gran Depresión de 1929. Al inicio de la década, Argentina hubo una crisis muy grande, empezando con una corrida bancaria y terminando con el famoso corralito y estallido social.
Jesús me dice que, en ese entonces, su padre “trabajaba como diseñador gráfico y se quedó sin empleo”. En 2001, cuando mucha gente se fue de Argentina a España, un amigo suyo, quien “tenía algunos clientes a los que les reparaba computadoras” decidió viajar y dejó las herramientas a la familia Alewaerts para que siguiera con el negocio. Jesús sonríe con algo de orgullo: “Mi padre, como muchos en Argentina, siempre ha trabajado de todo, ha hecho de todo, de lo que sabía y de lo que no sabía”.
La empresa familiar se convirtió en una operación muy exitosa, en muy pocos años, hasta llegar a ser el servicio oficial de Dell para toda Argentina. Jesús cuenta que, con sus tres hermanos, “siempre estuvimos en la cultura del trabajo familiar […] tuvimos la oportunidad de estudiar pero siempre trabajando al mismo tiempo.”
Le pregunto sobre los desafíos de pasar de este negocio familiar a liderar una startup. Para él, un reto “bastante grande” es cambiar el mindset y su forma de trabajar. “Las startups” – me dice – “requieren acelerar y estresar el modelo de negocios para lograr resultados en poco tiempo. Obviamente, intento replicar las buenas prácticas de mi experiencia anterior en FixUp, pero muchas otras las tengo que dejar a un lado porque justamente lo que estamos haciendo en FixUp no tiene este mismo formato de pyme.”
Del lado de la cultura de la empresa, su manera de relacionarse con sus colegas queda más o menos igual. Su familia siempre era “muy respetuosa” de la división entre lo familiar y lo empresarial.
No obstante, en FixUp, suelen contratar a gente que ya tiene relación, que ya se conoce entre sí; uno de los co-fundadores es el hermano menor de Jesús, Joaquín Alewaerts. Conocieron a su otro co-fundador, Bernardo, cuando presentaron FixUp a la empresa argentina de electrónicos, BGH. Bernardo escuchó la presentación y “después terminó trabajando con nosotros”. Jesús me explica su estrategía de talento así: “es como cuando un equipo de fútbol contrata jugadores que ya vienen jugando juntos… juegan con los ojos cerrados. [Contratar así] nos permite avanzar mucho más rápido.” Analogía muy argentina.