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Innovación Pública: el encuentro de dos mundos

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Innovación
Staff
Cuando pensamos en la relación que podría existir entre la innovación y el Estado, en algunas oportunidades se podría pensar que no hay un objetivo común que las unifique pero, ¿esto es efectivamente así?
Por: Cristobál Madrid | Finantial Coordinator
13 · 04 · 2022
5 min

 

 

Cuando hablamos de innovación, inmediatamente pensamos en emprendedores intentando resolver problemas de mercado, utilizando (preferentemente) recursos tecnológicos para lograr este objetivo. Es difícil asociar el concepto a un funcionario del Estado o al Estado en sí. Si nos remontamos a las definiciones clásicas que nos entregan autores como Schumpeter, el emprendedor es considerado un innovador y, a su vez, la innovación se asimila a sinónimo de cambio o desarrollo. Siguiendo esta línea, el Estado, como un factor más dentro de la economía, no se encuentra aislado de este proceso

 

La innovación en el sector público se enfrenta al permanente desafío de buscar estrategias que le permitan dar un foco a su funcionamiento. Como ya hemos mencionado, el emprendedor busca ser un factor de cambio dentro de la economía de mercado, aportando a la industria en la cual identifica un problema y, por ende, una oportunidad de negocio. La medida de éxito, será la rentabilidad económica del proyecto. Esta medida no es homologable al Estado, dado que se deben considerar una serie de factores, desde la realidad organizacional y las restricciones legales, hasta la imposible segmentación del usuario, considerando que los servicios del Estado apuntan a la sociedad en su conjunto. 

 

De acuerdo al Global Knowledge Index 2021, a través del cual se monitorea la economía del conocimiento en áreas clave como la educación, innovación y tecnologías de la información y la comunicación (TIC), Chile se ubica en la posición 47 dentro de 154 economías evaluadas. A su vez, en el Global Innovation Index 2021, el cual evalúa el rendimiento del ecosistema de la innovación y realiza un seguimiento de las tendencias de innovación global, Chile se posiciona en el lugar 53, sobre 132 economías evaluadas. En ambos índices, Chile es la economía mejor rankeada a nivel latinoamericano.

La innovación es el motor de nuestro funcionamiento

Estos resultados nos llaman a reflexionar sobre la forma en que el Estado aborda la innovación en nuestro país. Siendo Chile un referente a nivel regional, ¿se encuentra su administración pública a la altura de las circunstancias?. El año 2015 se crea el Laboratorio de Gobierno, a través del cual se busca evaluar y mejorar el proceso de implementación de políticas públicas. En dicho proceso, se lanza la primera versión del Índice de Innovación Pública (IIP), cuyo objetivo es medir las capacidades para innovar y transformar los servicios públicos frente al usuario.

 

El hito del IIP marca un cambio sobre lo que usualmente conocemos como innovación, entendiendo que una organización, independientemente de su origen (público o privado), debe buscar alternativas de desarrollo (o cambio) que le permitan prestar un servicio de excelencia. Tanto la empresa privada como el servicio público basan su éxito en un actor clave: el usuario. Él éxito de cualquier iniciativa depende de la percepción y aceptación del usuario final, sea a través de un modelo B2C, B2B o “G2P”, como podríamos categorizar el modelo de negocios del Estado.

 

Start-Up Chile surge desde la premisa disruptiva de la innovación pública: la primera aceleradora pública de negocios a nivel mundial. El foco de nuestra gestión diaria se basa en posicionar al emprendedor en el centro de nuestros servicios. Al mismo tiempo, cada uno de los integrantes del equipo busca generar cambios que permitan prestar un servicio de excelencia de forma permanente. La innovación es el motor de nuestro funcionamiento, no solo trabajando con emprendedores globales del más alto nivel, sino trabajando como emprendedores del más alto nivel.