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Conversaciones virtuales: una plataforma para sostener cultura en formatos de Teletrabajo

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En el nuevo día a día pandémico la vida laboral ha sufrido muchos cambios, y aunque gracias a diversas tecnologías es posible el teletrabajo, las conversaciones de oficina y los cubículos se han perdido.
Por: Daniela Valenzuela | Consultor asociada en Aberkyn
08 · 06 · 2021
6 min

Conversaciones virtuales: una plataforma para sostener cultura en formatos de Teletrabajo

Nadie tiene dudas que la pandemia llegó a transformar nuestras vidas a todo nivel, reconfiguro nuestras dinámicas diarias, nuestras relaciones, la organización del tiempo y lo más importante, afectó nuestro mundo emocional y la salud mental. En el mundo de las organizaciones, existen rubros que se han visto fuertemente afectados, al incorporar el teletrabajo en tiempo récord con la totalidad de su dotación, mientras otros, dado el tipo de negocio, están adaptando modelos híbridos y/o siguen funcionando de forma presencial. El 66,2% de las organizaciones en Latinoamérica está considerando implementar el trabajo remoto en su empresa, de acuerdo con un reporte de Ubits, plataforma de entrenamiento corporativo.

La pregunta que me surgió, una vez inmersa en esta nueva forma de trabajar, fue ¿cómo mantener los atributos culturales en formato teletrabajo?

Luego de varias interacciones e interesantes conversaciones, descubrí que esta nueva forma de trabajar “virtual”, puede ser una tremenda oportunidad para que las organizaciones logren construir y/o fortalecer el tipo de cultura a la que aspiran convertirse y/o mantener. Y, ¿cómo sería posible?. 

En mi opinión, creo que el no disponer en el día a día de los “artefactos” (objetos corporativos), simbolismos, infraestructura (espacios abiertos, salas de reunión para fines especiales, entre otros), elementos que ayudan a reforzar el estilo de organización que se quiere construir e instalar, permite que algo fundamental aflore con una relevancia distinta y crítica. Me refiero a las conversaciones que se sostienen, entre los equipos, pares, jefaturas y colaboradores, stakeholders, en fin, con la comunidad con la que se relaciona. 

¿Qué tan coherente es la forma como conversamos, con lo que declaramos como cultura organizacional?. Lograr dimensionar su valor como aporte a la cultura que se quiere construir en el ámbito de lo virtual, puede resultar clave.

Hoy, a través de lo virtual tenemos una oportunidad increíble de poner las conversaciones al centro, como herramienta fundamental en la forma como vivimos la cultura. Si queremos transmitir lo que somos como organización y cuál es nuestra esencia, el cómo desplegamos ese espacio será esencial.

Por ejemplo, si queremos instalar la innovación como atributo cultural, ¿estamos teniendo conversaciones que permitan efectivamente su despliegue? ¿Cómo conversamos frente a un error a modo de convertirlo en aprendizaje?. Si es agilidad un atributo cultural para la organización, ¿la forma cómo colaboramos en la conversación o acordamos, permite su despliegue?.

Con esto, no quiero decir que lo demás deje de importar, para nada, pero si observar que muchas veces, elementos culturales “físicos” y tangibles, pretenden sostener el discurso de lo que la organización declara, no necesariamente priorizando una poderosa herramienta, que es la forma en cómo conversamos, nos relacionamos y construimos en ese tipo de interacción, la cultura que esperamos nos convierta en referente y nos distinga.

Si bien esa “pantalla” del computador cansa y a veces mucho, nos presenta un espacio de conexión distinta, quizás hasta más profunda para darle coherencia a aquello que declaramos. Una forma de mostrar la cultura organizacional de forma simple y poderosa en el espacio de lo virtual.

Hoy, a través de lo virtual tenemos una oportunidad increíble de poner las conversaciones al centro, como herramienta fundamental en la forma como vivimos la cultura.