Tras su paso por Ignite 6, Magdalena Ramírez ha visto que cada vez hay más mujeres emprendiendo, hablando de temas que les afectan en primera persona y pensando una forma de armar un negocio con estos. Eso fue justamente lo que ella hizo al co-fundar Mi Tribu, una startup que busca acompañar a mamás durante su embarazo y los primeros meses de puerperio.
“Siento que nos estamos acostumbrando más a ver mujeres en roles de liderazgo, siendo exitosas y eso motiva mucho”, comenta.
¿Cuál ha sido tu mayor desafío como fundadora de una startup?
Los founders de startups tenemos que ocupar muchos sombreros al mismo tiempo. Marketing, operaciones, ventas, estrategia, contabilidad, entre muchos otros más. El mayor desafío para mí ha sido equilibrar el tiempo dedicado a la estrategia versus el tiempo que le dedico a “getting sh#t done”. Salir del bosque y mirar el paisaje es fundamental para hacer análisis, pero es muy difícil cuando tienes muchos desafíos operacionales al mismo tiempo y pocos recursos.
¿Qué cosa te hubiese gustado saber antes de comenzar este camino?
Hay muchísimos aprendizajes sobre la industria de salud y educación temprana que he ido adquiriendo en el camino y que, de haber sabido antes, me hubiese ahorrado muchos dolores de cabeza. El otro lado de la moneda, es que entrar a una industria desconocida con ideas nuevas y el poder de la ingenuidad es lo que permite generar la innovación y los cambios que necesitamos como sociedad.
¿Cuáles crees que son las principales complicaciones que enfrentan las mujeres en el ecosistema actualmente?
Las principales complicaciones creo que muchas veces son: estructurales para las mamás (acceso a cuidados, ayuda doméstica o redes de apoyo para poder dedicarle horas al emprendimiento); de acceso al capital (pocas mujeres en el mundo VC, inversionistas con perfil muy homogéneo con poca afinidad a empresas femeninas, fondos concursables escasos); de idiosincrasia (manejo de la culpa femenina, al gastarse la plata de otro, o equivocarse con la plata de otros, síndrome del impostor).
En cuanto al tiempo, es un hecho que las mujeres le dedican más tiempo a labores del hogar que los hombres, y obviamente el tiempo para dedicarse a explorar una idea de negocio queda relegado a última prioridad. Además, las mujeres tienen el doble de probabilidades de tener problemas de salud mental que los hombres, y esto juega muy en contra al momento de lanzarse con una idea de negocio, creerse el cuento, vender la idea, etc.